El Evangelio de la Gracia: La Muerte de Jesucristo
- Ra´ha, Poimen
- 25 mar 2021
- 3 Min. de lectura
El mensaje de la Cruz sigue siendo ofensivo. Sin duda alguna, es imposible negar que la predicación del glorioso evangelio de la gracia de Dios aún continúa transformando vidas y cambiando sus rumbos por toda la eternidad. Pero a pesar de ser tan poderoso, también se debe admitir con toda sinceridad que cualquiera que es confrontado con las infalibles verdades de Dios acerca de la condición pecaminosa del corazón humano y su necesidad de salvación, se siente ofendido por esta realidad.
Cada vez más, mencionar los terribles sufrimientos de la muerte de Jesucristo y su crucifixión se vuelve un tabú. Pero Dios describe este acontecimiento claramente en su Palabra en el libro del profeta Isaías muchos años antes que sucediera (Isaías 53: 3–9).
(Hebreos 12:2) “…quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios”.
Es lamentable escuchar el mensaje que circula entre los cristianos el día de hoy. No se necesita mucho tiempo para analizar gran cantidad de sermones, canciones, libros y artículos en el Internet supuestamente “bíblicos” que aparentemente presentan el evangelio, para darse cuenta que el derramamiento de la sangre preciosa de Cristo en la Cruz es intencionalmente eliminado del contenido de estos.
La triste excusa a la que se aferran para hacerlo es desvalorizar la obra de redención eterna y catalogar los eventos de la muerte de Jesús como violentos, brutales, salvajes, despiadados, sanguinarios y últimamente “ofensivos”.
Pero debemos entender que no sólo fue el hecho vergonzoso de ser colgado de una cruz, desnudo o de que su cuerpo fue golpeado y destrozados cruelmente para pagar las consecuencias de nuestra maldad siendo inocente; sino ¿Qué puede ser más ofensivo que el pecado nuestro ante los ojos de un Dios santo y justo? ¿Acaso habrá algo más vergonzoso que el ser colgado de una cruz, desnudo y golpeado cruelmente para pagar las consecuencias de la maldad siendo inocente?
Indudablemente jamás existirá otra cosa más insultante que lo que sucedió en la Cruz: Dios el Padre dio la espalda a Su Santo Hijo Amado porque en ese momento toda la suciedad repugnante y la culpa del pecado de la humanidad estaban sobre Él.
“Al que no conoció pecado, por nosotros [Dios] lo hizo pecado [a Jesús], para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él [Jesús].” 2 Corintios 5:21
Esto y mucho más es lo que Jesús milagrosamente logró al dar Su vida en la Cruz tomando nuestro lugar. No solamente Cristo cargó el pecado de la humanidad satisfaciendo las demandas santas y justas de Dios, sino que además Su sangre compró absolutamente todo aquello que nos fue dado según “las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús” (Efesios 2:7).
Te animo e invito a que sigamos estudiando juntos acerca de la maravillosa obra perfecta de redención llevada a cabo por el Dios de toda gracia. Mi deseo en oración es que…
“el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” (Efesios 1:17–18).
Este es el evangelio, el regalo más especial que Dios tiene para ti…
(1 Timoteo 1:15) “…Que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.”
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